¿Qué beneficios tiene dejar de fumar?
Independientemente de la edad y del sexo, dejar de fumar comporta un gran número de beneficios. Algunos se manifiestan casi inmediatamente: a los pocos minutos de dejar de fumar los niveles de monóxido de carbono en sangre empiezan a disminuir, el pulso y la presión arterial se normalizan y la respiración se hace más fácil.
A corto plazo, también es posible que desaparezca la tos, que mejore el aspecto de la piel y de los dientes y que desaparezca el olor corporal desagradable y mejoren el gusto y el olfato.
En la tabla siguiente se resumen los principales beneficios sobre la salud que tiene dejar de fumar:
Tiempo sin fumar | Beneficios |
20’ | Disminuyen el ritmo y la frecuencia cardiaca. Disminuye la presión arterial. Se incrementa la temperatura de las manos y los pies hasta niveles normales. |
8 h | Los niveles de oxígeno en la sangre se incrementan y los niveles de monóxido de carbono bajan, ambos hasta niveles normales. |
24 h | El riesgo de infarto de miocardio disminuye. |
2 semanas – 9 meses | Mejora notablemente la circulación, y la función pulmonar aumenta hasta un 30%. |
1 – 9 meses | Disminuyen síntomas como la tos, la congestión nasal o la fatiga y se incrementa la energía general. Además, las pequeñas proyecciones ciliares que recubren el tracto respiratorio inferior recuperan su función normal, capacitando de nuevo al organismo para limpiar el tracto respiratorio y reducir las infecciones. |
1 año | El riesgo de sufrir una enfermedad coronaria se reduce a la mitad. |
5 años | La tasa de mortalidad por cáncer de pulmón disminuye casi en un 50% comparado con un fumador diario de un paquete de cigarrillos. El riesgo de cáncer de boca se reduce a la mitad. |
10 años | La tasa de mortalidad por cáncer de pulmón y el riesgo de accidente vascular cerebral son similares a los de una persona que no ha fumado nunca. Disminuye también el riesgo de cáncer de boca, cuello, esófago, vejiga, riñón y páncreas. |
Igual que con las otras drogas, el uso del tabaco tiene dos costes: el económico y la salud; que podemos dividir en costes directos e indirectos:
- Los costes directos: el tabaco –cigarrillos, cigarros puros o paquetes de tabaco sin liar– y los instrumentos para su consumo –mecheros, cerillas, pipas, papel, etc.
- Los costes indirectos: el equivalente al tiempo dedicado a fumar o a adquirir el tabaco, los productos adquiridos para mitigar sus consecuencias (como ambientadores o pastas de dientes especiales), los tratamientos médicos por problemas asociados (faringitis, resfriados y otros), etc.
A este dinero que supone el gasto individual, se le suman los costes sociales y colectivos. Entre estos destaca el del tratamiento sanitario de las consecuencias del tabaquismo. A diferencia de los primeros –si es asumido por la sanidad pública o por mutuas–, estos gastos se socializan. Es decir, se distribuye entre todas las personas, sean fumadoras o no. En cualquier caso, el gasto de la sanidad pública por el consumo del tabaco es superior al ingreso por su venta y comercialización –en forma de impuestos.