Se conoce con el nombre de cannabis –con sus variantes sativa e índica– una planta, conocida en botánica como Cannabis sativa que ha sido utilizada desde la antigüedad por sus propiedades. La planta se ha usado y se usa actualmente con diferentes fines: recreativos, medicinales e industriales –se puede utilizar para confeccionar ropa, cuerda, zapatos, papel y otros.
El cannabis contiene unos 400 compuestos químicos diferentes, entre los cuales destacan más de 60 sustancias conocidas con el nombre de cannabinoides. Los principales cannabinoides son el tetrahidrocannabinol o THC, el que tiene más potencia psicoactiva, el cannabidiol o CBD (no causa intoxicación o euforia, tiene efectos ansiolíticos sedantes) y el cannabinol o CBN (efectos analgésico y sedante).
Sus derivados más consumidos actualmente son el hachís y la marihuana. El hachís se elabora a partir de la resina almacenada en las flores de la planta hembra de la Cannabis sativa, prensada hasta formar una pasta compacta de color marrón cuyo aspecto recuerda al chocolate (nombre que también recibe en el argot). Su concentración de THC es superior a la de la marihuana, por lo que su toxicidad potencial es mayor. La marihuana se elabora a partir de la trituración de flores, hojas y tallos secos. Ambos preparados se consumen fumados en un cigarrillo liado, normalmente mezclado con tabaco.
Actualmente, las concentraciones de THC,tanto del hachís como de la marihuana, pueden ser elevadas, ya que las plantas pueden haber sido producidas para favorecer su psicoactividad.
Al consumirse fumado, se absorbe fácilmente por los pulmones, por lo que llega al cerebro con rapidez. En pocos minutos empiezan a manifestarse sus efectos, que pueden durar entre 2 y 3 horas.