Hay personas que consumen cocaína y bebidas alcohólicas al mismo tiempo. Con la mezcla de ambas drogas –y dado que contrarrestan mutuamente sus efectos–, se incrementa la cantidad consumida de ambas. Mezclándolas, se acaba bebiendo más alcohol y consumiendo más cocaína. Y no solo se suman los efectos perjudiciales de ambas sino que, además, su combinación sintetiza una tercera sustancia altamente perjudicial en el hígado, el cocaetileno, que intensifica los efectos adictivos y tóxicos de la cocaína. Así, los riesgos de su mezcla superan los que cada una de estas sustancias tienen por separado.
La percepción subjetiva de las personas que consumen drogas no suele corresponderse con la realidad. En el caso de estas dos sustancias, existe la creencia, en su subcultura (o “supracultura”), de que se deben consumir juntas porque compensan sus efectos; en la práctica y por motivos de salud física y mental, económicos y de bienestar, debería eliminarse esa creencia.
Además, la cocaína combinada con otras drogas puede producir diferentes interacciones, algunas de las cuales pueden ser:
- Cocaína + Sustancias Estimulantes (cocaína, anfetaminas, MDMA). Aumentan los efectos estimulantes de las dos sustancias. Esto conlleva un mayor riesgo de aparición de ansiedad, aumento de la presión arterial y ritmo cardíaco. Estos síntomas pueden desembocar en infartos cerebrales y cardíacos. La cocaína reduce o anula los efectos psicológicos del MDMA (agradables) y puede motivar la redosificación, con el riesgo que ello conlleva.
- Cocaína + Sustancias Depresoras (cannabis, alcohol, benzodiacepinas, GHB y ketamina). Producen una disminución de los efectos de ambas sustancias. Este tipo de interacción puede crear, por ejemplo, un incremento del consumo de alcohol y cocaína, aumentando así los riesgos. Además, de la combinación de ambas sustancias se produce un nuevo metabolito, el cocaetileno, con gran potencial de riesgo hepático. El efecto de este nuevo metabolito es más duradero en el cerebro y más tóxico que cualquiera de las sustancias por separado.
El consumo de sustancias depresoras y estimulantes produce un incremento de la temperatura corporal, facilitando un “golpe de calor”.
Evita experimentar los efectos de una droga mezclándola con otra, es más probable que algo salga mal.
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