Los videojuegos han evolucionado desde los salones de las máquinas recreativas de los años setenta hasta las modernas consolas o PC destinados al gaming. La evolución desde los adaptadores gráficos EGA (con 16 colores) de los primeros ordenadores personales de los años ochenta hasta las modernas tarjetas gráficas que procesan millones de operaciones por segundo, ha permitido que los videojuegos se hayan transformado en una expresión artística y cultural de primer orden.
La industria ha logrado crear personajes que han trascendido desde el entorno del videojuego a la cultura popular general y son tan conocidos como otras estrellas del pop. Muchos elementos de la industria del cine (inversión económica elevada, promoción con trailers, estrenos exclusivos, revistas temáticas…) han sido copiados por la industria del videojuego. Existen multitud de géneros: acción, estrategia, videoaventura, juegos de rol, simulación (vehículos, deportiva, vida real…), agilidad mental, puzzles…
Además, con los sandbox ofrecen la posibilidad de moverse libremente por un mundo virtual, alterar elementos a su voluntad, jugar de manera creativa sin límites estructurales o temporales.
La convergencia de Internet con los videojuegos permite la participación de distintas personas reales en un mismo entorno. Los videojuegos de rol multijugador masivo en línea permiten a miles de jugadores introducirse en un mundo virtual de forma simultánea a través de Internet e interactuar entre ellos.
Es probable que en los próximos años se generalice el uso de técnicas de realidad virtual.
Las gafas y dispositivos actuales consiguen experiencias de inmersión en otras realidades, aunque su precio es aún elevado. Esto abre la puerta a un desarrollo exponencial en el mundo del videojuego que también repercutirá en otras disciplinas (formación médica, entrenamiento militar, diseño de modelos en arquitectura, arte…)