Existen diversas maneras de consumir cannabis. Para su uso recreativo, la forma más frecuente de consumo es fumada en los llamados porros, mezclado con tabaco (habitualmente hachís) o solo (marihuana). También puede fumarse en pipa –de aspiración directa o de agua–, con o sin tabaco y con vaporizadores.
El consumo oral es menos frecuente y sus efectos pueden ser más indeseables, por la dificultad de controlar la dosis, que suele sobrepasar la cantidad fumada.
Cuando se utiliza con fines terapéuticos, se ingiere por vía oral, en comprimidos o en uso tópico, en cremas, siempre bajo control médico.
Es cierto que tiene más repercusiones en el sistema pulmonar fumar un paquete (20 cigarrillos) de tabaco que uno o dos porros al día, pero también lo es que las personas fumadoras de cannabis suelen serlo también de tabaco.