Si se desea consumir esta sustancia, se recomienda analizarla previamente para tener conocimiento sobre exactamente de que está compuesta.
Generalmente, el cuadro típico de intoxicación por consumo de GHB consiste en un coma profundo de corta duración con depresión respiratoria más o menos intensa. Otros síntomas son: vómitos, bradicardia (enlentecimiento del latido cardiaco), hipotonía, temblores, convulsiones, agitación, incontinencia urinaria, ataxia (alteraciones de la coordinación muscular), confusión, delirios y alucinaciones. Es posible que al día siguiente del consumo la persona tenga síntomas de resaca, con mareos, dolores de cabeza o aturdimiento.
Su uso habitual provoca tolerancia y dependencia.
Los síntomas de abstinencia pueden ser insomnio, ansiedad, temblores, sudoración, aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial o pensamientos psicóticos.
El margen que tiene el GHB entre una dosis recreacional y una dosis tóxica es muy pequeño, lo que puede llevar a una sobredosis con más facilidad. Su intoxicación aguda requiere atención sanitaria urgente. Por este motivo es importante que, si se toma, se haga en un entorno controlado.
En el caso de redosificación, si han pasado menos de 3 horas aproximadamente, se corre el riesgo de acumulación en el organismo y, por tanto, de sobredosificación.
Si se consume GHB, no se debe conducir ni usar máquinas.
Evita experimentar los efectos de una droga mezclándola con otra, es más probable que algo salga mal.